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jueves, 29 de diciembre de 2011

No hay excusa

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La gente pierde la educación por Navidad.

Se tiene prisa, ansias de comprar y compromisos de hacer regalos pero, como es lógico pensar, ninguna de estas cosas es una buena razón para perderle el respeto a nadie. Aquí, al menos en Zaragoza, no lo entienden. En esta época navideña la mejor arma con la que uno puede ir al trabajo es el pasotismo y la indiferencia, porque si vas con algo más, si pretendes ir ahí con ganas y con la ilusión de alegrarle un poco la vida al personal, este te devuelve su desprecio.

Tan triste y pesimista como suena. Menos mal que a lo largo del día te toca tratar con algo de buena gente y clientes que, momentáneamente, te hacen recordar que aún queda algo de decencia en esta ciudad. De verdad, no hay excusa para que la gente, tras obtener la respuesta que busca, te de la espalda y se marche, ya no sin darte las gracias sino sin darte siquiera una despedida cordial. No hay excusa para que te miren por encima del hombro como si fueses un esclavo que está ahí para servir y sobre el que pueden descargar su decepción al enterarse de que el producto que buscan está agotado. No hay excusa para ponernos reclamaciones porque no envolvemos para regalo… podría seguir todo el día.

Todo tiene un límite, supongo que nosotros los vendedores también sacamos nuestra peor cara por estas fechas. Algún caso habitual pues pasa, pero cuando el día a día se vuelve como describo más arriba, acabas con la sensación de “esto es lo que hay”, y si a alguien no le gustan tus respuestas y tus explicaciones, entregadas con sinceridad y amabilidad y te devuelven un “pues vaya mierda de servicio”, responderles un “no puedo ofrecerle más, pruebe en otro sitio” es demasiado. Ante eso deberíamos dejarles claro que o con respeto, o se busca otra tienda, darnos la vuelta y pasar al siguiente.

No hay excusa para tratar mal a la gente y cada uno, sea al instante o a base de tiempo, obtiene el fruto de su cosecha, las consecuencias de sus actos, aplicable esto en múltiples direcciones.

Si tenéis compras navideñas que hacer y un montón de estrés, preocupaciones, problemas y prisas, recordad que el vendedor no está en una fiesta, está trabajando y ofreciéndote una puñetera sonrisa. Si la lleva, agradécesela y trátale decentemente, si no la lleva, siente un poco de pena por esta sociedad que ha hecho que, antes de que tratase contigo, acabe hasta los cojones de sonreír y aún así llevarse palos. Trátale bien igualmente, que si resulta que simplemente era un cabrón, te darás cuenta y podrás clavarle una reclamación.

Atentamente, un vendedor con muchas ganas de trabajar mañana.

sábado, 10 de diciembre de 2011

A media tarde

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En pasadas escapadas a Francia siempre nos ha sabido fatal (y nunca hemos llegado a comprender) que los comercios se cerrasen tan pronto. No alcanzo a recodar exactamente las horas de apertura, pero por poner un ejemplo: En comparación con la Fnac en la que trabajo, que abre sus puertas a las 10 de la mañana y las cierra a las 21.30 (22 en Navidad), la Fnac que encontramos en Pau abría a una hora parecida si no era la misma, pero cerraba a las 19 horas. Ya una vez nos dieron con la puerta en las narices cuando veníamos a echar una ojeada en lo que a nosotros nos parecía "media tarde", y en general otras veces lo que ocurre es que estás disfrutando de tu viaje y a media tarde ves como el lugar empieza a morir.


En nuestra escapada este Martes se juntó eso y las fechas actuales, en las que a las 6 de la tarde ya era de noche. Vale que anochezca antes, pero estaba siendo exagerado, a duras penas habíamos terminado de hacer la digestión. Llegamos a la conclusión de que fue una tarde como aquella, en fechas navideñas, cuando se decidieron por primera vez las horas de cierre de los negocios en Francia, y que cuando llegó el verano y a las 22 horas aún era de día, los muy vagos no quisieron trabajar más y siguieron cerrando a media tarde.


Casi 3 horas después de que cierren, aquí en España seguimos currando. Te paras a pensar y caes en la cuenta de un par de cosas. Te has quedado, a media tarde, en medio de tu viaje en un lugar cuyos negocios empiezan a cerrar uno a uno con rapidez y poco a poco la vida a tu alrededor empieza a desaparecer, y te estás quejando de que cierren tan pronto cuando tu aún estarías trabajando. Sinceramente, el problema lo tenemos aquí, que cuando salimos de trabajar, llegamos a casa y pasada la cena en familia tenemos algo así como una hora de relax, si llega, en caso de que queramos dormir las horas suficientes para nuestro cuerpo. Cada vez que voy a Francia veo un montón de detalles a envidiar, también cosas que no me gustan, pero en general el sentimiento es que allí están haciendo las cosas mejor. En este caso, tras meditarlo, la opinión va a ser la misma. Incluso una persona que trabaje de partido, mañana y tarde, llega a casa por la tarde después del trabajo y tiene tiempo para vivir. No tengo datos suficientes, pero al menos comparando las horas de apertura y cierre de los comercios, aunque trabajasen de partido pueden levantarse a la misma hora que yo, y por tanto acostarse también a la misma hora, pero disfrutarán más de su vida familiar.

jueves, 8 de diciembre de 2011

CocaCola Vainilla - Un poco de historia

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Hemos vuelto de Francia una vez más con el maletero lleno de CocaCola Cherry y Vainilla. No podía ser de otro modo. Ayer empezamos a disfrutar las compras, por la noche acompañando a la pizza. Sigo preguntándome por qué no acaba de triunfar y establecerse como un sabor normal en distintos países, tanto la Vainilla como la Cherry, prácticamente ha gustado con creces a todos a los que les he dado a probar, de hecho vuelvo a Zaragoza con 10 botellas y veo la mitad marcharse por el reparto a los amigos.


¿De donde ha salido y qué pasa con esta variante de CocaCola? La Wikipedia inglesa ha tenido a bien echarme un cable...

La CocaCola original ya tiene cierto contenido de vainilla. Los primeros datos que se tienen sobre la maravillosa idea de añadir mayor cantidad de vainilla datan de 1940, cuando se pidió a los trabajadores de una fábrica de soda que probasen la mezcla. Esto se volvió una práctica habitual, al parecer durante décadas, en las heladerías, donde disponían de CocaCola y de sirope de vainilla, productos que los clientes mezclaban habitualmente.


No fue hasta 1982 cuando CocaCola probó la mezcla en una feria, y ni siquiera llegaron a comercializarlo. Habían sufrido un desastroso fracaso con le New Coke y tenían recién introducida en el mercado la Cherry Coke (miedicas...).


A partir de aquí pasaron los años, hasta llegar a nuevo milenio, donde la CocaCola Vainilla vuelve a salir a escena y vemos que su historia, aunque antigua, ha estado apenas activa en la actualidad. En 2002 CocaCola se animó por fin a lanzar su nuevo sabor, y algo más de un año después había colocado el producto en 30 países alrededor del mundo.


No mucho más tarde, tras el ejercicio de 2004, CocaCola anunció que, debido a la bajada de ventas de la variante de vainilla, irían retirando el producto poco a poco de algunos países. Apenas 5 ó 6 países mantuvieron la distribución de la CocaCola Vainilla (entre ellos Francia), pero como producto abandonado ya le quedaban pocas posibilidades de expandirse.


Por último, y una vez más apenas unos años después, en 2007 algunos mercados de algunos países, a petición de los clientes, se empezaron a interesar por la variante de la famosa bebida y empezaron a hacer intentos de importación. Hablamos de un intento muy pobre, localizado, en muy pocos países y además al parecer con muy poca ayuda y entusiasmo por parte de la compañía. Hoy la tendencia continúa, y ya a título personal, tengo la sensación de que CocaCola está haciendo una estupidez dejando de lado este producto cuando está claro que triunfa. Si realmente apoyase su distribución y le diese un marketing adecuado (y es sabido que son buenos en eso si quieren), podría ser un éxito. Como en tantos otros sitios ahora, las altas esferas de la empresa debe tener alguien muy ciego o con muy pocas luces.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Canfranc - The Other Side

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Ayer tuvimos Mabel y yo nuestra escapada a Francia para desconectar un poco, aunque también con la sagrada misión de traer CocaCola Vainilla, Cherry, chocolate (fábrica de Lindt)... ya contaremos todo eso con detalle en otro momento.

Mientras, decir que encontramos el otro extremo de aquella intrigante puerta que vimos en Francia, ahí, en pleno Canfranc, a plena vista y... bueno, no tan interesante como la del otro lado.


Sin querer decir que no nos gustó, el lugar pierde mucho atractivo contando que lo que hay encima, justo detrás, es la carretera por la que hemos pasado mil veces. Le han plantado un cartel enorme en medio que, si bien necesario, podría haber estado en otro sitio y estropea un poco la foto. Sobra decir que no está tan currada como la de Francia, véase la foto que subimos cuando la encontramos, unos cuantos posts atrás. Por último, la de Francia fue un tesoro que encontramos sepultado casi en medio del bosque, apenas accesible y que de lejos vimos de pura casualidad, llegar hasta ella y encontrarla, sola y misteriosa, le daba muchos puntos.

Qué demonios, aquí va el enlace a la foto en Deviant Art, que para eso llevo unos días activo subiendo cosas xD: W0lfpred

En ninguno de los dos extremos se le ha hecho justicia, pero en cualquier caso nos gustó más Francia, para variar. Algo que al menos a mí me encantó del lugar en Canfranc... ahí con la puerta delante, si te dabas la vuelta, tenías un paisaje digno de Silent Hill:

jueves, 1 de diciembre de 2011

Bizi Zaragoza - Campaña agresiva para que vayas en Bizi al trabajo

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Cuanto más pienso en ello creo que todo mi cabreo era porque el tío se negaba a aceptar que la había cagado y no era capaz de pedir perdón. Creo que es todo lo que quería, un "Oye, tienes razón, lo siento".

Si vas con tu furgoneta Bizi Zaragoza, remolque a cuestas, por el carril derecho de una calle de una sola dirección, y el... vamos a llamarlo despistado... que llevas delante decide meterse en su garaje sin intermitente ni avisos más que las luces rojas de freno, tus opciones son:

  1. Frenar para detenerte detrás de él
  2. Esquivarlo moviéndote al carril izquierdo
  3. Tragártelo
La primera opción es sencilla de descartar, no había espacio suficiente y saltamos a la opción 3, que no agrada a nadie. La cabeza dice entonces que la opción 2 es la ideal. Aquí debo decir que el conductor de esta furgoneta no era torpe ni sentía desprecio por las normas, pues a la hora de esquivar los reflejos le dieron para poner el intermitente. Pero vaya por Dios... hay una moto en el carril izquierdo, no en paralelo, pero a duras penas un metro por detrás, y si combinas el cambio de carril con el frenazo necesario... la moto o se va al suelo o se sube a la acera a comprar napolitanas en la panadería. Más tarde en nuestra conversación supe que, antes de lanzarse a mi carril, nuestro amigo sabía perfectamente que yo estaba ahí, había mirado y me había visto antes de cometer la estupidez.



El muy listo decidió que era mejor así, se pasó a mi carril y yo aprendí varias cosas. Bendito sea el ABS, que pena que no disponga de él en mi moto. Benditos mis frenos, que aun siendo tan ineficaces como son, no dejan de ser responsables de evitar un desastre mayor. No se me da mal derrapar, con la rueda trasera bloqueada y deseosa de sobrepasar a la delantera pude mantener la moto en la trayectoria. Por último, con un poco de tacto igual hace falta algo más que un toque para tirar una moto al suelo... el remolque me dio por la derecha en el manillar, y aunque me hizo dar un latigazo no fue suficiente para tirarme.

Arañazos, invisibles en la moto gracias a los 20 años de lento desgaste de los contrapesos del manillar, así como invisibles también en el remolque, gracias a los aparentes 20 años de desgaste concentrados en su corta (y muy mala por lo visto) vida.


Igual me equivoco, pero si se te presenta una situación como la descrita, creo que lo correcto es frenar cuanto puedas y tragarte al de delante, que tiene la culpa (sin meternos en debates de distancia de seguridad), en vez de esquivar a sabiendas de que hay alguien a tu izquierda, y tragártelo, teniendo en cuenta que es una moto, con más probabilidades de herir al piloto, y teniendo también en cuenta que esta vez lo habrías provocado tú, y serías responsable tanto dentro como fuera de lo legal.

No hubo disculpas, sólo un "¡bueno pero estás aquí!" repetido hasta la saciedad, junto a los "¡Bueno pero aquí no se ve nada, no hay pruebas!" mientras señalaba su remolque indicando que no se sabía si me había dado o no.

De todo esto hace unos días, y no saqué mucho de la experiencia mas que ganas de conducción deportiva para soltar adrenalina, y lo útil... que sí o sí, el año que viene la BMW la compro con ABS. La trasera bloqueada y la delantera desaprovechando potencia de frenada con tal de no bloquearla e irme al suelo. Di contra el último medio metro del remolque, probablemente el ABS lo habría evitado.