Llevo unos días cruzándome con mucha gente curiosa, siempre en esos momentos pienso "esto lo escribo después en el blog", pero entre unas cosas y otras las anécdotas vuelan de la mente, ahora apenas me acuerdo de un par, y digna de mención (o más bien por mostrar mi escaso aprecio por no decir desprecio...) está la pareja que venía a buscar un receptor WiFi para coger la red que había en la calle de al lado, a unos 300 metros. Cuando, con delicadeza, les digo que es no es posible, que por mucho que los fabricantes pongan números de cifras en las cajas y que por mucho que la teoría de la WiFi nos haga creer que se puede, no se puede. Qué poquito le cuesta a la gente lanzarte una mirada asesina de "de qué vas imbécil, claro que se puede". Lo peor es que te portas bien, les explicas la situación de otras maneras, les dices que esos datos son a cielo abierto (y un día soleado), les muestras esa tarjeta WiFi que te han devuelto porque no es capaz de llegar dos habitaciones más allá... y la cosa sigue, para terminar con un toque arrogante de "Si, muchas gracias, ya miraremos en otro sitio".
Gilipollas.
Me pone de mala leche la gente que se comporta así, como si yo tuviese ganas de mentirles y no vender. Es una pena pero las que me vienen a la cabeza de los últimos días son bastante penosas, cosas que te ponen de mala leche, cosas que dan vergüenza ajena... no estaría mal para variar tener cosas que contar que fuesen un poco más amenas. Da un poco de asco.
Asco. Me acabo de acordar xD. Apenas se nada del tal Justin Bieber (¿se escribe así?), pero creo que le tengo bastante manía por todas las cosas que leo y por los actos llevados a cabo por sus seguidores. Hace unos días estábamos en el mostrador cuando oímos GRITOS, pero gritos gritos, que si alguien hubiese sacado un arma ahí en medio lo que habríamos oído sería exactamente lo mismo. Que a nadie se le ocurra pensar que exagero. Al principio, con verdadera preocupación, nos asomamos a ver si algo nos indica qué ocurre, a ver si ha sido algo grave o es que viene algún famoso a actuar en el forum. Nada ocurre. Pasan apenas diez segundos y los gritos otra vez, así cuatro o cinco veces. El compañeros se acerca a la zona curioso de saber qué demonios pasa.
Señoras y señores, un grupo de chicas pasaba los posters (típico expositor-abanico) y cada vez que aparecía un poster de JB, gritaban a pleno pulmón.
Una persona se llevó la gloría, en silencio por que nadie le escuchó, y las niñas se llevaron su merecido cuando se les dijo con mucha claridad: "O os calláis, o a la puta calle."
Menos mal que soy una persona optimista, porque entre la pequeña exposición de la sociedad que presencio cada día desde el mostrador, los lunáticos que me acompañan en la carretera ya sea sobre dos, cuatro o más ruedas, y los relatos sobre la gente que toma las decisiones ahí arriba...
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