Yo creo que es de sentido común que a un vendedor no le hará gracia que le pidas que te abra la caja de un artículo para verlo (para “sentir” como decía la clienta ayer y hoy). No pasa nada, pero cuando te lo piden para “confirmar” que lo que hay dentro es igual que lo que aparece en la foto pues… en fin, te quita las ganas para empezar. Se lo intentas vender de otra forma, convencerla o llevarte la conversación a otra parte para así no desprecintar ninguna de tus preciadas cajas, esas que después costará más vender por haber sido abiertas.
La cliente ha ido más lejos. Se ha puesto pesada y yo he decidido estirarme un poco, porque si no lo hacía tocaba quedar mal con un “no te la abro porque no me sale de los…” en plan fino. Hagamos una pausa para decir que se trataba de un disco duro portátil Western Digital de color rojo (hay 5 colores, atentos a esto). Recordé que había por ahí una caja de uno igual, pero color plata, que ya había sufrido abusos parecidos y se la traje para que lo viese.
Si si, es el mismo modelo, simplemente en plata en vez de en rojo. Cuando ya lo toca todo, me lo devuelve y lo empaqueto me acerca otra vez la caja que había cogido del rojo. “¿Me enseñas este?” En fin, ahí sí que tuvo un no (amable, razonable y bien explicado). La mujer se fue.
Hoy ha vuelto.
Yo estaba en el ordenador a lo mío, y la reconocí acercándose a Sergio, con el dichoso disco duro rojo en la mano. Obviamente le pidió que se lo abriese para “sentir”. Viendo el pequeño silencio que había provocando en Sergio, que ya veía lo que se le venía encima, levanto la cabeza para que me vea a la vez que le suelto con una sonrisa: “Si, buenas tardes, le atendí ayer por la tarde. Es el mismo que le enseñé, simplemente en color rojo, como le dije”. Al ver que era yo, con una sonrisa y despidiéndose con amabilidad, la mujer se fue.
Vuelve al mostrador.
“Ya lo he comprado, ¿me lo abre?”. Con el ticket en mano, aunque no recuerdo cómo lo dijo exactamente, dijo que quería asegurarse de que de verdad había un disco duro dentro, que si no no lo sabía y no se iba a ir a casa para luego volver.
Amablemente (y a cuadros que se había quedado) Sergio se lo abrió, y la mujer se fue tranquila.
¿De donde sale esta gente? Hoy también me han preguntado por máquinas de aire acondicionado…
Gente habrá a cienes y cienes...no nos queda...jejeje. Un abrazo.
ResponderEliminarQuieras que no gracias a ellos hay algo de vidilla a parte de las tareas diarias y los clientes "normales" xD
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