¡Ayer hice dos viajes en autobús!
Es lo que tiene vivir en un barrio en el que para llegar tienes que rebasar la señal que te indica que has salido de tu ciudad. Siempre en coche o en moto a todas partes.
Tuvimos que llevar a Shiva al taller… el Domingo empecé a notar un ruido de vibraciones/pieza suelta que mosqueaba un rato. Por la noche cuando ya se había acentuado más, echamos un vistazo más a fondo y vimos lo que era. El tubo de escape, en el punto en que sale del cilindro, lleva dos piezas metálicas que son presionadas por una arandela/embellecedor para mantenerlo sujeto. Ese embellecedor está sujeto por dos tuercas, una de las cuales se fue a por tabaco y no volvió.
Bien revisado todo se mantenía fuertemente en su sitio aun con esa pieza suelta, aun así al día siguiente le di un buen apriete a la tuerca que aún tenía y salimos hacia el taller. Decidimos ir a uno que la moto ya conocía, el mismo donde le hicieron la revisión de los 4000 km. Teníamos la factura del anterior dueño, con la dirección y el teléfono (benditas sean sus manías, me recuerda al detective Monk). Del reconocimiento previo sacaron la misma idea que yo llevaba en la cabeza: El anterior dueño la usaba tan poquito, tan suavemente y la cuidaba tanto, que el rodaje en condiciones se lo estoy haciendo yo. 500 km le he hecho en 3 semanas que hace que la tengo, y es como si hubiesen sido los primeros (tenía algo menos de 4000 km hechos en 4 años, al ritmo que voy lo duplicaré en 6 meses).
Toda moto tiene que pasar un rodaje cuando sale del concesionario. Durante cerca de 1000 kilómetros hay que tratarla con mimo, no darle acelerones y no pasarla de ciertas revoluciones. Hechos los kilómetros en el taller le hacen un reapriete en condiciones ahora que el motor y todos sus tornillos y tuercas se han asentado y han cogido las posibles holguras.
Ya que a la pareja del taller le dio la misma impresión que a mí, la tratamos como si hubiese acabado de hacer el rodaje, reapretar todo, revisar niveles y reponer el tornillo.
Por la tarde fuimos a recogerla y echamos un rato largo hablando con la pareja del taller sobre el cuidado de la moto (clases para el novato) y cuatro cosas más. La moto esta perfecta en todos los sentidos y aunque no era casi necesario se ha repasado un poco todo.
Este taller se llama SuperBikes Center, y todo ha ido de maravilla. Tanto Mabel como yo salimos diciendo que ya teníamos taller de confianza. Nos han tratado muy bien, nos han explicado todo y dado mil consejos, dejaron muy claro lo que iban a hacer, cuando estaría, cuanto costaría… Todo perfecto. Tampoco me han cobrado la tuerca que han repuesto (en otros sitios cobran hasta el jabón que han usado para limpiarse después del trabajito), sólo nos han cobrado la mano de obra con un:
- ¡Sergio! ¿¡Cuánto tiempo has estado con la Roadwin!?
- ¡Hmmm pues algo más de una hora!
- Pues venga te pongo una hora y listo.
Sin ninguna duda será ahí donde vaya a partir de ahora. Por lo pronto me acercaré a por una bujía nueva y que me enseñen a cambiarla, ya me dijo Sergio que lo hacía él para que lo viese la primera vez, y me daba alguna de las llaves de bujía que tiene por el taller para hacerlo yo en casita a partir de ahí.
El taller está en la calle Martín Cortés, muy cerca de Plaza Roma. Si hacéis click en el logo que hay arriba accederéis a la web. Un 10 para Superbikes Center.
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