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domingo, 29 de abril de 2012

Reflexiones multicanal

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En las últimas semanas, un rato de cuando en cuando, le he dedicado un tiempo al equipo que tenemos en el salón como HTPC, en especial a cómo tener conectado y sacarle el máximo partido al sistema de altavoces 5.1. Está resultando difícil (o yo lo he complicado mucho).


De las mejores compras que he hecho. Logitech Z-5400.


Lo mejor, me dije, sería utilizar cable óptico. Más calidad que eso no hay. Pues bien, tras todas las pruebas realizadas, a quien se plantee la misma pregunta le respondo que NO. Todo por supuesto depende de lo que te permita tu sistema de altavoces, el mío contaba tanto con las dos entradas ópticas como con 3 jacks de 3.5 para los 6 canales (un jack para los dos altavoces frontales, otro para los dos traseros, otro para el central y el subwoofer y otro para gobernarlos a todos). Esta conexión analógica con los 3 jacks va a ser la adecuada si queremos disfrutar de lo último que nos propone internet y los maravillosos encoders que hay por ahí, sedientos de más calidad, que ni pestañean cuando el programa les dice: "su película de hora y media, a esta calidad, ocupará 18 GB de espacio en disco, ¿Está seguro?".

Si existiesen estos muebles para CDs tan típicos pero con huecos para discos duros...


Primero un detalle: ¿Cómo manda la tarjeta de sonido el audio a los altavoces? Puede hacerlo de dos formas: Analógica o digital (bit stream les sonará a algunos). Si vamos a por lo segundo es cuando necesitamos sí o sí el cable óptico, porque lo que eso significa es que está mandado un archivo, está mandando datos al recibidor de tu sistema de altavoces, que es el que descodificará esos datos (siempre que soporte el formato, que suele ser AC3, DTS, Dolby...) y los hará sonar. Esto es en teoría lo mejor, porque el decodificador de tus altavoces está diseñado en conjunto con ellos y va a dar como resultado una calidad mucho mayor. Si la manda analógica, el decodificador no hace otra cosa que mandar el sonido a los altavoces... y punto.

El conector de la derecha es el óptico estándar. A la izquierda el de 3.5mm, para entrar en los conectores combo para jack y cable óptico a la vez


Pues cable óptico y a correr, ¿no?

Hmm... no. Las películas que nos encontramos en Internet hoy en día nos dan una sorpresa. El encoder ha querido preservar la calidad hasta tal punto que ha codificado el audio en FLAC de 24 bits. OLE. Un formato sin perdida, maravilloso, que yo uso para música y que hace que un disco te ocupe unos 300 ó 400 MB. El audio de una película con sonido 5.1 pasa a ocupar varios GB (¡Solo el audio!). En fin, no tengo problema con eso, a mi me encanta. Pero claro, mi decodificador, el mío y el de todos, no soporta ese formato, con lo cual la tarjeta de sonido va a elegir pasarlo a analógico primero y enviarlo. ¿Que lo tenías conectado con cable óptico? lo manda igualmente, pero he aquí el problema: las tarjetas de sonido conectadas por cable óptico o mandan el audio digital o mandan solo dos canales. Estereo. Dile adiós a tu sonido multicanal, a las balas estrellándose en la pared tras tu sofá y a la explosión que te hace levantarte y comprobar si tu horno sigue de una pieza.

Conslusión: El cable óptico al cajón. Vuelve a sacar los 3 jacks porque es lo único que te va a permitir disfrutar de sonido multicanal con las películas bajadas de Internet a máxima calidad. El sonido será descodificado en tu tarjeta de sonido, y se enviarán 6 señales diferentes, dos por cable jack, evitándote dolores de cabeza.


Mientras tu tarjeta de sonido tenga buenos DAC, tampoco te vas a enterar...


Por cierto, ya que me viene de paso aprovecharé para abofetear a Microsoft y a Creative. Casi al final de mi odisea decidí conectar a la tele el Macbook Pro, que cuenta con una salida jack combo (puedes conectar un jack de 3.5 de toda la vida y también un cable óptico). Las limitaciones son la mismas que en PC, lo comentado arriba, pero la configuración para elegir que sacase el audio por analógico o digital, por 2 canales o por 5.1... todo eso que en el PC con una Sound Blaster X-Fi XtremeMusic me costo días, manuales, reinicios y foros... en el Mac simplemente pulsé "salida digital" y todo funcionó a la perfección. Con las limitaciones comentadas, insisto, pero las pruebas que hice en el PC y que duraron en total 4 ó 5 horas, en el Mac las hice (las mismas) en 15 minutos.

sábado, 28 de abril de 2012

(Bostezo)

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La semana pasada la cagué, a falta de mejor término, en el examen de programación. ¿La razón? sencillamente no lo estudié lo suficiente. Ya lo recuperaré de alguna forma, mientras tanto tengo que cambiar un par de cosas. Un amigo que estuvo en una situación parecida ya me lo dijo ayer: "Aguanté 3 meses, luego ya no había forma". Desde luego van más de tres meses y creo que aún aguanto, pero cada vez peor. Por las noches cuando llego a casa no hay quien se ponga a estudiar, simplemente el cuerpo y la cabeza te dicen que no y es que no, porque aunque lo intentes y mandes a ambos a la mierda encuentras que no te sirve de mucho. Ya no funcionas. Y lo poquito que te queda del fin de semana que no te lo toquen, o entras en modo "no tengo vida".

Gatos... durmiendo todas aquellas horas que a mí me faltan.

El cansancio total va a ser el mismo, pero vamos a ordenar la agenda al estilo feng-shui a ver si así mejoramos un poco. Sólo lo he hecho un día conque no es para sacar conclusiones, pero no fue nada mal así que lo iré haciendo así las próximas semanas.

A acostarse un poco antes y a plantarse en la universidad una hora antes de lo habitual.

Cuando llegas a casa por la noche estás como estás, pero este Jueves cuando lo intenté, en esa hora que dediqué al estudio estaba bien lúcido. Que comience el experimento, y por Dios que de resultados que se acerca la recta final xD.

martes, 24 de abril de 2012

Fin de semana concentrado

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Hay pocos fines de semana como este. Tener el Lunes libre ha sido una bendición y nos ha permitido sacarle partido, de hecho estoy muerto y debería estar en la cama y no aquí...

Hemos dedicado estos días prácticamente en exclusiva a los amigos, o al menos un poco más de lo habitual, los sábados por la noche con Sonia, Josema y Leo son sagrados, (Alba, a ver si te quedas en Zaragoza un fin de semana que no venga seguido de un examen... xD). También hemos traído a Ana, compañera en la universidad, a pasar la tarde en nuestro templo friki al que llamamos hogar. Es raro y complicado encontrar a gente como ella, que comparte con nosotros tantos gustos, en especial el manga y el anime. Yo, emocionado de poder compartir uno de mis vicios favoritos, habría pasado la tarde delante de la tele viendo películas y series, pero intentamos darle algo de diversidad al asunto (no nos quedamos, eso sí, sin ver por cuarta o quinta vez el último capítulo de Sherlock).

Hoy acabamos de volver de casa de Inés y Pedro. Ha habido un poco de todo, desde pizza hasta reparar ordenadores, pasando por jugar a la canasta con una pelota de tenis y por hacer fotos a patitos de goma (esto último tiene una buena razón de ser).

Estamos molidos, y mañana de vuelta a nuestra agotadora agenda diaria. Ha merecido la pena, y espero que Ana se nos una en más ocasiones. Ahora toca pasar tiempo con los gatos, que han estado un tanto solos, además a Keiko le debo unos mimos, que si bien ha sido mala yo me he pasado con el cabreo, y no son formas de enseñar ninguna lección.

Me doy cuenta de lo chorras del post, que viene a recordarme la descripción del argumento de la película de Ghibli que vimos por la noche: Susurros del Corazón (Whisper of the Heart), donde más que contarnos una épica historia cogen con una pinza un extracto de la vida de la protagonista. Te dejan con muy buen sabor de boca, pero resulta un tanto extraño. Típico de Ghibli.

jueves, 23 de febrero de 2012

La tercera edad en Fnac: Expect the unexpected

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Este martes por la tarde tuve una de esas experiencias en mi trabajo de las que sale una buena historia. Aún trabajando de cara al público durante cuatro años te pueden sorprender, a veces sacándote una sonrisa, a veces calentándote hasta límites insospechados (si con esto pensáis mal, tampoco os equivocaréis, ¿cómo pensáis que podemos aguantar si no?...). Esa tarde tres ancianos me sacaron una buena sonrisa.

Sin tener nada en contra de ese sector de edad sus clientes no suelen ser los mejor recibidos, pues vendemos informática y a menudo nos ponen las cosas muy difíciles. Voy a relatar la consulta bien escrita, sin tartamudeos y sin cinco intentos por frase para expresarse:

"¿Hay alguna manera de poner esto más fácil? Hay un puzzle que no nos deja pasar y no sabemos de qué otra forma hacerlo."

La palabra "puzzle" me desconcertó un poco. La maquinaria de mi cabeza empieza a funcionar y a rebuscar en viejos archivos, a ver qué podía encontrar a lo que el anciano pudiese llamar "puzzle" en el ámbito de la informática. Desisto a los pocos segundos con la idea de esperar a que termine su tan larga como enigmática explicación para pedirle que pruebe otra vez siendo un poco más claro.

Me ahorran el trabajo:
Me plantan en la mesa una Nintendo DSI XL amarilla tal cual y se me quedan mirando mientras intentan abrirla torpemente con las manos. La bombilla se enciende y empiezo a aguantar la risa como puedo. Me están pidiendo que les ayude a solucionar un puzzle de un juego. ¿Adivináis cual?.

Pues claro que sí, yo también lo pensé.

A menudo cuando hablamos de cosas adorables pensamos en un gato o en un bebé mano babeada en boca. Pues tan adorable como eso me resultaron este anciano y las dos señoras de parecida edad que le acompañaban, los tres inclinados sobre el mostrador discutiendo por donde había que ir para encontrar el puzzle.

- Déjame a mí - Y se quitaban la stylus entre ellos.
- No, es por abajo, donde está la fuente.
- No, eso ya lo hiciste.
- Dejadme, dejadme que ya se donde es.

Una de las señoras ha cogido la stylus y guía al Profesor Layton por varias calle con un inmenso cuidado, despacio, para no equivocarse al tocar la pantalla. Los tres miran la pantalla con atención, totalmente concentrados.

A esto me doy cuenta de que un caballero con abrigo rojo que miraba fundas de móviles a la izquierda del mostrador se pone de puntillas para mirar por encima del monitor y abre los ojos como platos. Mi deshueve interior aumenta cuando le veo hacerse paso tímidamente, dudando si meterse o no hasta que se lanza y nos dice todo emocionado que se ha pasado todos, que seguro que puede ayudar. Ya somos cinco jugando al Profesor Layton y la Caja de Pandora en el mostrador de informática a las siete y media de la tarde (no hay cola, menos mal).

El recién llegado propone entrar en la lista de puzzles, pero los ancianos no recuerdan el nombre, solo saben que tenía que ver con unos ajos. Prueban un par de puzzles de la lista pero no hay suerte, vuelven a deambular por las calles. Unos segundos después mientras entablo conversación con el caballero escuchamos a los tres abuelos emocionarse y señalar la pantalla.

- ¡Ahí!
- ¡Esa es! ¡Dale ahí!
- ¡Aquí está!


Solo tienes dos corchos para tapar los agujeros correctos y que deje de oler a ajo.


Le dan la vuelta a la DS y me miran como si tuviese el destino del mundo en mis manos, a la espera bien calladitos. Están realmente emocionados y me pongo nervioso, a ver si voy a quedar mal. El caballero del abrigo rojo y yo leemos el puzzle y... nos suena, pero nada más. Discurrimos un poco y me doy cuenta de que algo no cuadra, tiene trampa. Gracias a Dios no tardé mucho en caer y comprendí por qué estaban atascados los pobres ancianos. Había hallado la solución al puzzle antes que el señor del abrigo rojo y mi honor estaba intacto.

Conteniendo las ganas de arrancármela de las manos, el anciano recoge la DS y se acercan los tres a ella, aún concentrados y expectantes... El caballero del abrigo rojo decide volver a las fundas con una sonrisa en la cara.

- ¡Ya podemos seguir! - exclama el anciano por fin.

Me dieron las gracias de varias maneras pero no se entretuvieron mucho antes de marchar DS en mano bien contentos. Yo aún no había salido de mi asombro cuando el caballero se acerco otra vez: "Esto no te lo preguntarán todos los días..."

La solución al puzzle tras el salto...

viernes, 27 de enero de 2012

APPcity 2012

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Dentro de unos días, del 1 al 4 de Febrero, se celebrará en el recinto Expo Zaragoza el evento APPcity 2012, que proporcionará a sus asistentes 4 días de intensa formación de cara al desarrollo de aplicaciones para móviles bajo la plataforma iOS 5 de Apple.


No he tenido más que cosas buenas que decir de la Universidad de San Jorge en la que estoy estudiando ahora mismo, y tengo que añadir otra más: son patrocinadores oficiales del evento y han proporcionado a sus estudiantes la oportunidad de asistir gratuitamente (8 plazas a las que no llegue) o por casi la décima parte del coste original del evento y la formación. En resumidas cuentas, estoy apuntado a lo que ahora mismo supone un sueño para mí en el campo de desarrollo profesional que sigo. Aún me dura la emoción y no se me va a ir fácilmente, no considerando que además acabo de terminar los exámenes y que cuando me dijeron que podría asistir al evento parecía un niño abriendo regalos en Navidad. De no ser por la USJ habría visto pasar de largo el evento por no poder pagar los casi 1000€ que cuesta la formación.

El verano pasado estuve dedicándome por mi cuenta a aprender el lenguaje de programación de iOS, para el que ya tenía alguna base. Avancé bastante, y eso que solo fue la punta del iceberg, y lo disfruté en condiciones. Pasado el verano empecé la universidad, el trabajo se complicó... en fin, ahí se quedó el tema. Nunca me olvidé de él, eso sí, y es hora de retomarlo. He pasado el que seguramente sería el cuatrimestre más duro de la carrera y ahora espero tener algo más de tiempo y poder dedicarme a los proyectos que tengo en marcha (en mi cabeza y unos cuantos papeles por ahora). Aprovecharé estas fechas todo lo que pueda ya que según se acerque el verano volveré a estar más ocupado. Después las vacaciones, espero que sin nada pendiente, serán clave.




Al apuntarte al evento puedes elegir 4 vías, como iniciación o programación avanzada. Me he apuntado a la primera. Tengo una base lo cual me permitirá no perderme según vaya cogiendo ritmo la formación (dura e intensiva, los cuatro días seguidos desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche), además, lejos de ser un desperdicio, tras mirar el programa de las formaciones he comprobado que avanzan una barbaridad. Hay 18 temas a tratar en el nivel principiante y todo lo que hice por mi cuenta el verano pasado, que no fue poco precisamente, abarca los primeros temas únicamente, sin llegar a pasar del quinto.

Espero mucho de esta ocasión y, sin universidad (se suspenden las clases) y sin trabajo (me he pedido vacaciones de propio para el evento), lo aprovecharé al máximo. Ojalá tenga algún medio de plantar ahí una cámara y grabar las sesiones completas :)

jueves, 26 de enero de 2012

De vuelta a la vida

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Por fin. Por fin ha llegado el día.

Es Jueves, y no solo tengo el día libre en el trabajo sino que además es mi primer día libre de la presión de los exámenes. Como ya imaginaba no he podido evitar levantarme antes de las 9, que ya es casi dos horas más tarde de lo que acostumbro, pero mucho más pronto de lo que cabía esperar conociéndome. Malas costumbres que ha cogido uno durante el curso...



El balance es bueno, aún no tengo las notas de todos los exámenes, pero sabiendo las que ya se puedo estar contento. Uno de los beneficios de esta universidad es que no te lo juegas todo a un examen. Tienes que aprobarlos pero, además de que hay varios, en la mayoría de las asignaturas suponen un porcentaje de la nota que a veces no llega ni a la mitad. En mi caso esto puede acabar jugando en mi contra, pues tengo la confianza de haber aprobado todos los exámenes (el que no aprobé tiene suficiente nota para hacer media y quedar compensado), sin embargo según se acercaron las navidades y coincidiendo con mi subida a 40 horas semanales en el trabajo todo el tiempo que podía dedicar al estudio en casa quedo reducido casi hasta desaparecer. Contaba con las navidades para trabajar pero se convirtieron en las peores que recuerdo en la Fnac en 4 años, hasta el punto de que entre el trabajo, nochebuena, nochevieja, reuniones familiares y otras cosas inamovibles, solo pude contar con 3 mañanas para dedicarlas a la universidad. En cualquier caso queda superado. La nota no me importa demasiado, aunque hay asignaturas en las que habría podido irme mejor mientras sepa que ha sido por falta de tiempo me quedo a gusto.

jueves, 29 de diciembre de 2011

No hay excusa

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La gente pierde la educación por Navidad.

Se tiene prisa, ansias de comprar y compromisos de hacer regalos pero, como es lógico pensar, ninguna de estas cosas es una buena razón para perderle el respeto a nadie. Aquí, al menos en Zaragoza, no lo entienden. En esta época navideña la mejor arma con la que uno puede ir al trabajo es el pasotismo y la indiferencia, porque si vas con algo más, si pretendes ir ahí con ganas y con la ilusión de alegrarle un poco la vida al personal, este te devuelve su desprecio.

Tan triste y pesimista como suena. Menos mal que a lo largo del día te toca tratar con algo de buena gente y clientes que, momentáneamente, te hacen recordar que aún queda algo de decencia en esta ciudad. De verdad, no hay excusa para que la gente, tras obtener la respuesta que busca, te de la espalda y se marche, ya no sin darte las gracias sino sin darte siquiera una despedida cordial. No hay excusa para que te miren por encima del hombro como si fueses un esclavo que está ahí para servir y sobre el que pueden descargar su decepción al enterarse de que el producto que buscan está agotado. No hay excusa para ponernos reclamaciones porque no envolvemos para regalo… podría seguir todo el día.

Todo tiene un límite, supongo que nosotros los vendedores también sacamos nuestra peor cara por estas fechas. Algún caso habitual pues pasa, pero cuando el día a día se vuelve como describo más arriba, acabas con la sensación de “esto es lo que hay”, y si a alguien no le gustan tus respuestas y tus explicaciones, entregadas con sinceridad y amabilidad y te devuelven un “pues vaya mierda de servicio”, responderles un “no puedo ofrecerle más, pruebe en otro sitio” es demasiado. Ante eso deberíamos dejarles claro que o con respeto, o se busca otra tienda, darnos la vuelta y pasar al siguiente.

No hay excusa para tratar mal a la gente y cada uno, sea al instante o a base de tiempo, obtiene el fruto de su cosecha, las consecuencias de sus actos, aplicable esto en múltiples direcciones.

Si tenéis compras navideñas que hacer y un montón de estrés, preocupaciones, problemas y prisas, recordad que el vendedor no está en una fiesta, está trabajando y ofreciéndote una puñetera sonrisa. Si la lleva, agradécesela y trátale decentemente, si no la lleva, siente un poco de pena por esta sociedad que ha hecho que, antes de que tratase contigo, acabe hasta los cojones de sonreír y aún así llevarse palos. Trátale bien igualmente, que si resulta que simplemente era un cabrón, te darás cuenta y podrás clavarle una reclamación.

Atentamente, un vendedor con muchas ganas de trabajar mañana.